Diferencias Entre Mescalina Y Psilocibina
Publicado
Agosto 1, 2024
Categorías
Investigación
En un mundo repleto de drogas, solo hay unas cuantas sustancias que cuentan con una historia milenaria. En este artículo analizamos y comparamos la mescalina y la psilocibina, dos alcaloides alucinógenos naturales.
En el mundo existen muchas drogas, y entre ellas unos cuantos psicodélicos. Todas la sustancias psicoactivas comparten algunas similitudes, pero cada una es única por derecho propio. En este artículo analizamos y comparamos la psilocibina y la mescalina. No lo hacemos para juzgar cuál es mejor, sino simplemente para ofrecerte un resumen general de sus similitudes y diferencias.
CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE LA MESCALINA (CACTUS PEYOTE) Y LA PSILOCIBINA (SETAS ALUCINÓGENAS)
La psilocibina y la mescalina son dos alcaloides distintos que producen unos efectos similares. Ambas sustancias son alucinógenas y también se pueden catalogar como psicodélicos serotoninérgicos clásicos, junto con otros como el LSD y la DMT. Aunque son parecidas desde el punto de vista farmacológico y de sus efectos, y comparten una historia muy cercana en términos de uso espiritual tradicional, tienen orígenes naturales bastante distintos.
ORIGEN NATURAL
La psilocibina y la mescalina son dos psicodélicos naturales derivados de fuentes distintas. La psilocibina está presente en más de 100 especies de hongos, y más comúnmente en el género Psilocybe; como Psilocybe cubensis y Psilocybe semilanceata, por nombrar dos de las más conocidas. Estas setas crecen en diversas zonas del mundo, como América del Norte, América del Sur, Europa, África y Asia.
En cambio, la mescalina se encuentra en varios cactus, y en especial en el peyote (Lophophora williamsii), el San Pedro (Echinopsis pachanoi) y la antorcha peruana (Echinopsis peruviana). Estos cactus son originarios del suroeste de Estados Unidos y México.
Así que, aunque tanto la mescalina como la psilocibina son sustancias naturales, la psilocibina proviene del reino de los hongos y la mescalina del reino vegetal. Esto significa que están separadas de su último ancestro común por varios millones de años, lo que las convierte en primas muy lejanas en el mejor de los casos. Por lo tanto, podemos decir que tienen unos orígenes naturales bastante diferentes. Además, los cactus crecen en ambientes secos y desérticos, mientras que los hongos necesitan mucha humedad.
USO TRADICIONAL
Tanto los hongos de psilocibina como los cactus de mescalina tienen una rica historia de uso tradicional, especialmente en América Central y del Sur. Los pueblos indígenas de Mesoamérica, como los aztecas y los mazatecos, consumían hongos psilocibios durante sus ceremonias espirituales y religiosas. Los llamaban “teonanácatl”, que significa “carne de los dioses”, lo que demuestra la veneración que recibía. Pero los hongos Psilocybe están presentes en muchas culturas de todo el mundo, y su existencia no se limita solamente al continente americano.
De modo parecido, los cactus que contienen mescalina han sido utilizados durante miles de años por las tribus nativas americanas del suroeste de Estados Unidos y México. El peyote, en particular, ha desempeñado un papel clave en las prácticas espirituales de determinadas culturas que lo consumen en sus ceremonias. Sin embargo, más allá de la zona central de las Américas, la mescalina no se encuentra en la naturaleza.
En resumen, la mescalina y la psilocibina tienen en común que se han utilizado durante mucho tiempo con fines espirituales. Pero debido al origen geográfico mucho más amplio de los hongos Psilocybe, en comparación su influencia ha sido más grande.
¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN LA MESCALINA Y LA PSILOCIBINA?
A pesar de sus diferentes orígenes naturales, estas sustancias son muy similares, especialmente en lo que respecta a su farmacología y efectos. Aun así, presentan unas diferencias importantes que vamos a analizarlas a continuación en más detalle.
FARMACOLOGÍA
La psilocibina y la mescalina interactúan con los receptores de serotonina del cerebro, pero lo hacen de formas ligeramente distintas. La psilocibina se metaboliza en el hígado en psilocina, que se une principalmente al receptor de serotonina 5-HT2A, lo que produce sus efectos psicoactivos. La mescalina, sin embargo, se une a múltiples receptores de serotonina, como 5-HT1A, 5-HT2A, 5-HT2B y 5-HT2C, así como a los receptores de dopamina, lo que podría explicar algunas diferencias en sus efectos subjetivos. Aunque sus mecanismos de acción difieren, ambas sustancias pueden considerarse compuestos serotoninérgicos y alucinógenos.
QUÍMICA CEREBRAL
Las dos sustancias influyen en la química del cerebro imitando a la serotonina, un neurotransmisor implicado en la regulación del estado de ánimo, la percepción y la cognición. Los efectos de la psilocibina están relacionados con una mayor conectividad entre las diferentes regiones del cerebro, lo que se cree que conduce tanto a sus efectos recreativos como a sus potenciales efectos terapéuticos. La mescalina también promueve una mayor actividad cerebral, pero lo hace a través de unas vías receptoras ligeramente distintas, lo que podría explicar sus alucinaciones visuales y táctiles únicas.
La mescalina se ha investigado mucho menos en comparación con la psilocibina, por lo que sus efectos físicos sobre el cerebro son menos conocidos.
EFECTOS RECREATIVOS
Los efectos recreativos de la psilocibina y la mescalina varían de forma notable. La psilocibina a menudo provoca alucinaciones visuales, hace que las formas y los colores se intensifiquen, y produce cambios profundos en el pensamiento y el estado de ánimo. Quienes la consuman podrían experimentar sinestesia, que consiste en que los sentidos se superponen y, por ejemplo, se “escuchan” los colores o se “ven” los sonidos.
La mescalina, por otro lado, es famosa por sus vívidas alucinaciones visuales, que incluyen patrones geométricos y distorsiones de la percepción espacial. También tiende a producir una experiencia más física, con sensaciones táctiles alteradas y sentimientos de euforia.
La forma en que estos efectos difieren entre sí es una cuestión subjetiva. En cierto sentido, está claro que ambas sustancias comparten características psicodélicas y resultan muy familiares a quienes ya tienen experiencia con los psicodélicos. Y aun así, son muy distintas.
POTENCIAL TERAPÉUTICO
La psilocibina se muestra muy prometedora para el tratamiento de diversos problemas de salud mental. Actualmente, los ensayos clínicos están intentando determinar su potencial para aliviar los síntomas de la depresión, la ansiedad y la adicción. Se cree que funciona, en parte, inhibiendo la actividad de la DMN y fomentando la interconectividad entre las regiones cerebrales, lo que los investigadores opinan que podría influir en ciertos trastornos mentales (Gattuso, 2022).
El potencial terapéutico de la mescalina no está bien documentado, pero tradicionalmente se ha utilizado para tratar problemas como el alcoholismo y la depresión en el contexto de las ceremonias de sanación de los pueblos nativos americanos; aunque su principal uso siempre ha sido ceremonial en lugar de terapéutico. A medida que aumente el interés en la investigación psicodélica, es probable que se lleven a cabo más estudios sobre las aplicaciones terapéuticas de la mescalina, pero aún falta mucho para que podamos decir cuáles son exactamente.
¿QUÉ ES MEJOR, MESCALINA O PSILOCIBINA?
No hay una sustancia mejor ni peor que la otra; todo depende de lo que busques y de dónde te encuentres. La psilocibina ha sido objeto de muchos más estudios que la mescalina, lo que significa que los consumidores tienen una mejor idea de lo que pueden esperar de ella. Dicho esto, también hay mucha información disponible sobre la mescalina en fuentes comunitarias, como Erowid, Bluelight, Reddit, etc.
Curiosamente, se dice que la mescalina es más adecuada para consumir en espacios abiertos, como el desierto, donde crece de manera natural, y que los espacios cerrados resultan claustrofóbicos. En cambio, la psilocibina se conoce por ser ideal para experimentarla en un bosque o en espacios más cerrados. Los efectos de estas dos sustancias difieren lo suficiente como para que merezca la pena probarlas si sientes interés por los psicodélicos; y así podrás decidir cuál prefieres.