Vida y Pensamiento de Terence McKenna
Publicado
Octubre 31, 2016
Categorías
Investigación
No es fácil hablar de la experiencia psicodélica sin mencionar a Terence McKenna. McKenna fue un pionero y explorador de la mente humana. Sus ideas y teorías han influenciado a toda una generación de buscadores psicodélicos de la verdad.
Cualquiera que haya recorrido la senda psicodélica, reconocerá el nombre de Terence McKenna. Los que conocéis su obra, sabréis que fue un pionero no sólo de los psicodélicos, sino también de la exploración de la consciencia. Para los que no conozcan la obra de McKenna, ésta ha dado forma al estudio de los psicodélicos durante décadas. Dedicó su vida a descubrir los misterios del universo por medio de sustancias psicodélicas, y marcó profundamente a los que buscan el entendimiento.
LA VIDA DE TERENCE MCKENNA
McKenna nació en Colorado, Estados Unidos. De ascendencia irlandesa, le fascinaba la naturaleza, la ciencia y la psicología. Durante su adolescencia, McKenna encontró unas semillas de gloria de la mañana, un potente psicodélico. Aquel viaje le hizo darse cuenta de que la experiencia psicodélica es milagrosa, y merecedora de estudio y debate.
McKenna comenzó una intensa y larga vida relacionada con los psicodélicos como medio para comprender el orden natural del universo. Estuvo influenciado por la obra de Aldous Huxley, en cuyos libros Las puertas de la Percepción y Cielo e Infierno, habla del viaje psicodélico. Estudió en la Universidad de California en Berkeley y en el Tussman Experimental College.
McKenna comenzó a viajar por todo el mundo, haciendo una parada en el Tibet para explorar el arte de la pintura y el chamanismo tibetanos. Después, se trasladó a Indonesia, donde estudió sus ruinas y recogió mariposas. Su viaje le llevó a la selva amazónica, en la que experimentó con la DMT (dimetiltriptamina), las setas y la Ayahuasca. Según McKenna, "Ayahuasca es el canal a un cuerpo de profunda antigua sabiduría genética y evolutiva que siempre ha permanecido en las cosmologías de los pueblos indígenas de la Amazonía, quienes guardaron y protegieron este conocimiento durante siglos, y que aprendieron hace mucho tiempo que el papel del ser humano no es ser el dueño de la naturaleza, sino su ayudante".
McKenna empezó a experimentar con psicodélicos a nivel molecular, intentando enlazar compuestos psicodélicos como la Harmina con su propio ADN neural. Creía que a través de esta síntesis, y por medio de técnicas vocales parecidas a los cantos tibetanos, podía crear lo que se conoce como piedra filosofal del alquimista. Esta piedra era una unión de energía espiritual y materia, y supuestamente conectaba al consumidor con todas las experiencias del pasado humano.
A mediados de los setenta, McKenna terminó su educación y comenzó a desarrollar técnicas de cultivo de psilocibina y setas alucinógenas. Fue pionero de uno de los primeros métodos de cultivo casero de setas. Su libro Guía del Cultivador de Setas Mágicas se convirtió en uno de los libros de cultivo más vendidos. Para la década de los ochenta, McKenna ya era uno de los oradores públicos más solicitados sobre el tema de los psicodélicos, y lo siguió siendo hasta su merte en abril del 2000.
LAS TEORÍAS DE MCKENNA
Una de las teorías más importantes de McKenna se conoce como la "Teoría del Simio Colocado". A simple vista, esta teoría podría parecer ciencia ficción. Propone la idea de que las setas alucinógenas, y la psilocibina en particular, desempeñaron un papel crucial en el desarrollo del habla, la cultura y, en última instancia, nuestra evolución. McKenna sugiere que el origen de las setas alucinógenas no es necesariamente de este mundo. Cree que es posible que los vientos solares trajeran esporas de vida inteligente de otros lugares del cosmos a la Tierra. Este concepto no es tan descabellado como se puede pensar. La ciencia ha encontrado hace poco unos compuestos parecidos al THC en un asteroide. Pensar que la psilocibina, o un pariente, llegaron a la tierra en un cometa o gracias al viento solar, es igual de plausible.
Una vez que estas esporas llegaron a la tierra, fueron consumidas por los cazadores-recolectores. Estas tempranas comunidades introdujeron un cambio en su dieta hace unos 18.000 años. McKenna cree que fue por esa época cuando también introdujeron las esporas psicodélicas en su dieta. Las cantidades consumidas eran tan pequeñas que no causaban alucinaciones abrumadoras, pero sí eran lo bastante fuertes como para potenciar los sentidos, despertar la imaginación y, con el tiempo, conducir al desarrollo del lenguaje. Las implicaciones de la teoría de McKenna acaba con los conceptos tradicionales sobre el desarrollo de la mente humana, la sociedad y la cultura.
McKenna no se detuvo en el origen de la experiencia psicodélica en el ser humano. También investigó la naturaleza del espacio, el tiempo y el universo. Es el arquitecto de lo que se ha llegado a conocer como la Teoría de la Onda de Tiempo. Que no es fácil de explicar. Es un intento de crear una fórmula matemática basada en el antiguo I Ching chino, cuyo objetivo es trazar acontecimientos en la historia del universo y el tiempo. Lamentablemente para McKenna, su predicción de que el universo acabaría en el año 2012, basada en la Teoría de la Onda del Tiempo, era falsa.
No sabemos si sus teorías podrán probarse algún día o no. Lo que sí sabemos es que era un pensador singular que no tenía miedo de despreciar lo convencional y explorar conceptos que otros científicos condenarían. Los psicodélicos desbloquean partes de la mente que no pueden ser definidas con palabras ni sentimientos. McKenna fue más allá de los límites de la mente y aceptó sus misterios como acertijos que hay que resolver.
LA INFLUENCIA DE TERENCE MCKENNA
Terence McKenna nos ha dejado un legado de información y conocimientos. Sus viajes a lo más profundo de la mente humana han influido en toda una generación de exploradores psicodélicos. Su obra ha influenciado a otras grandes mentes como Graham Hancock, Randall Carlson, Rupert Sheldrake y el cómico Bill Hicks. Su trabajo provocó un nuevo interés en la filosofía y el misticismo. Creía realmente que se puede explorar el universo desde nuestra propia mente. Sus ideas sobre la evolución, el tiempo y el espacio, y el papel que los psicodélicos han desempeñado en nuestro desarrollo como especie, se han arraigado firmemente en los corazones de aquellos que continúan experimentando con psilocibina y otras sustancias que abren la mente. McKenna creía que cuando se consume psilocibina se obtiene la capacidad para aprovecharse de la experiencia acumulada por todos los que alguna vez la han consumido. Tal vez, en ese sentido, podríamos experimentar la mente de este pionero psicodélico.